DIDÁCTICA CRÍTICA DESDE LA TRANSDISCIPLINARIEDAD, LA COMPLEJIDAD Y LA INVESTIGACIÓN
1 Como entender la didáctica crítica de aula desde la complejidad
Didáctica viene del griego didaktiké, que quiere decir, arte de enseñar. La palabra didáctica fue empleada por primera vez, con el sentido de enseñar, en 1629, por Ratke, en su libro Aphorisma Didactici Precipui, o sea, Principales Monismos Didácticos.
Así pues, didáctica significó, la habilidad para enseñar. Para muchos se entienda como: “El estudio del conjunto de recursos técnicos que tienen por finalidad dirigir el aprendizaje del alumno, con el objeto de llevarlo a alcanzar un estado de madurez que le permita encarar la realidad, de manera consciente, eficiente y responsable, para actuar en ella como ciudadano participante y responsable”.
Diferenciamos, enseñanza y aprendizaje. Desde la concepción educativa, el binomio enseñanza-aprendizaje. Enseñanza deriva de enseñar, que quiere decir dar lecciones sobre aquello que los demás ignoran o saben mal. En didáctica, la enseñanza es la acción de proveer circunstancias para que el alumno aprenda; En síntesis, es enseñanza cualquier forma de orientar el aprendizaje de otro, desde la acción directa del maestro hasta la ejecución de tareas de total responsabilidad del alumno. El aprendizaje es la acción de aprender algo, de “tomar posesión” de algo aun no incorporado al comportamiento del individual
2 La visión compleja, transdisciplinar e investigativa de la didáctica
Cualquier texto de didáctica clásica, nos dice que los principales elementos didácticos son: los actores educativos (estudiante-docente), los objetivos, los contenidos, las técnicas de enseñanza y los medios. Estos componentes, los llamaremos: componentes monodisciplinares de las clases reduccionistas. Frente a componentes transdisciplinares complejos, sin cerrar el número de componentes.
Inicialmente, abordaremos a los sujetos que enseñan, al maestro y el estudiante, desde una visión compleja, el proceso aprendizaje y enseñanza es miltidiverso. No existe una sola visión de vía de aprendizaje y enseñanza, todos estamos en línea recta, el proceso bancario de la educación, no es parte de esta forma de construcción de conocimiento.
El conocimiento es de todos y para todos. Todos tienen las mismas oportunidades. El docente es dinámico, multifacético, complejo, inmerso en un mundo de incertidumbres educativas, con un potencial de motivación intrínseca que nace de su mundo complejo y relativo. El estudiante, es un sujeto con las mismas cualidades que el docente.
La didáctica adquiere connotaciones más sociales que individuales. No sólo es arte o ciencia de la enseñanza, es un proceso complejo y transdisciplinar presente en todo momento en la escuela, bajo la visión compleja, un problema se hace solución y la solución otro problema. A este proceso, llamaremos desaprendizaje y reaprendizaje, porque nada está dicho como verdad (Minnick, y Alvermann 1994).
Los componentes tradicionales de la didáctica su esencia, la complejidad y la transdisciplinariedad del conocimiento permiten apreciar otros elementos necesarios, tiempo, espacio mental del sujeto, aprendizaje, investigación, desaprendizaje y reaprendizaje, además de objetivos, contenidos, actores educativos y evaluación, como principales componentes didácticos de la realidad compleja y transdisciplinar.
La transdisciplinariedad, el “trans”, designa lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina. Un creciente número de situaciones complejas, de las más variadas características (Nicolescu, 2002).
Aún los mentados modelos interdisciplinarios o multidisciplinarios se tornan insuficientes en este sentido. Es imprescindible recurrir a lo transdisciplinario, una nueva metodología de abordaje, de entendimiento y de manejo del tipo de situaciones multifacéticas que se presentan. (González, 2006 y 2008).
Si bien el proceso aprendizaje enseñanza trasciende de una visión meramente cognitiva, también se trabaja en la incorporación del ser, portador e inmerso en valores. Pero, no es suficiente tener sujetos que articulen el conocer, el saber hacer y el ser educativo. Es incompleto. Bajo la visión de un currículo comunitario, se incorpora un cuarto elemento que hace del ser social más humano: el saber vivir y convivir. (Inbernón y cols. 2004).
Cualquier texto de didáctica clásica, nos dice que los principales elementos didácticos son: los actores educativos (estudiante-docente), los objetivos, los contenidos, las técnicas de enseñanza y los medios. Estos componentes, los llamaremos: componentes monodisciplinares de las clases reduccionistas. Frente a componentes transdisciplinares complejos, sin cerrar el número de componentes.
Inicialmente, abordaremos a los sujetos que enseñan, al maestro y el estudiante, desde una visión compleja, el proceso aprendizaje y enseñanza es miltidiverso. No existe una sola visión de vía de aprendizaje y enseñanza, todos estamos en línea recta, el proceso bancario de la educación, no es parte de esta forma de construcción de conocimiento.
2 Componentes de la didáctica compleja, transdisciplinar e investigativa
Sistema, entenderemos como un ente compuesto por tres integrantes base: elementos del sistema, las piezas que hacen que funcione el sistema, le conjunto de interrelaciones de los mismos y contexto interno y externo, este último entendido como el proceso de comunicación con otros sistemas. (Bertalanffy y cols., 1981). Esta división, permitirá inferir de manera compleja que el acto didáctico posee tres integrantes: sujetos del Proceso Aprendizaje-enseñanza (PAE), las interrelaciones donde de manera intersubjetiva convergen el tiempo, el proceso investigativo, los contenidos, objetivos, los productos, el intercambio de información, (Cummins, 2000). la mejor forma de entender, no es desde la disciplina ni la interdisciplina, sino de la transdisciplina.
Los componentes del acto didáctico son:
- Actores del PAE: Los seres humanos, sujetos cognitivos con un nivel de incertidumbre y metacognición. De visión compleja y transdisciplinar, que dialogan, se comunican y construyen su propio conocimiento. El proceso rompe el esquema de necesitar siempre dos sujetos para aprender y enseñar.
- Contenidos curriculares: Se conciben como un conjunto de conocimientos. Y no puede verse como elementos aislados para ser transmitidos. Un estudiante que aprende determinado contenido, puede complejizar y manejarlo bajo diferentes enfoques disciplinares.
- Objetivos: meta, fin, es buscar ¿un por qué?, un ¿para qué? Este es un punto que la didáctica debe trabajar. La visión de la didáctica no sólo será pedagógica, sino también científica ¿hacia dónde inclinar la balanza.
- Contexto educativo: Con elementos: culturales, políticos, ideológicos, sociales. El conocimiento no sólo es “poder”, éste es de los pueblos, y para los pueblos.
- Complejidad educativa: se debe entender a la didáctica compleja, transdisciplinar e investigativa, trabajados desde l: dialógico, retroactivo, hologramático, y sistémico.
- Visión transdiciplinar del conocimiento: Nace de la necesidad de interrelación del conocimiento. En este enfoque didáctico ya no es posible hablar de disciplina, los actores educativos no aprenden sólo que es una “célula”, sino lo interrelacionan de manera directa o indirecta con otras disciplinas, produciendo el diálogo vertical y horizontal.
- Investigación Compleja: El proceso aprendizaje-enseñanza incorporará de manera dinámica, la investigación como parte del quehacer educativo. El proceso didáctico es flexible y tiene como meta principal demostrar que el conocimiento es relativo.
- Incertidumbre: con motivación intrínseca, que surje
- del proceso de incertidumbre, el mismo que los actores educativos desarrollan a lo largo de su accionar didáctico. La incertidumbre es la luz que permite acercarnos complejamente al conocimiento
- Tiempo-espacio: No podemos hablar de elementos fijos emanados de programas curriculares, la didáctica compleja permite ver que el proceso reconstrucción cognitiva no tiene un espacio y tiempo determinados
- Metacognición: ¿Por qué?, ¿para qué? Son algunas de las interrogantes necesarias que el que aprende debe hacerse de manera individual. Empero, es más que el simple interés por aprender. Es el enlace entre la incertidumbre y la visión compleja de un proceso didáctico.
- Diálogo-comunicación: Son más que emisor-receptor-información. Por intermedio de estos componentes, se vislumbra la incertidumbre como un proceso de diálogo interno (González, 2006).
- Visión científica y pedagógica: Son componentes estrechamente ligados con cierto equilibrio que compone el trabajo didáctico: del proceso que permite enseñar y aprender, y de lo que se va aprende.
Reflexiones finales
Como tendencia generalizada se puede observar que cada disciplina logra crear un objeto específico de estudio, es decir de trabajo didáctico y un campo cerrado de investigación. En este horizonte, donde la socialización del saber es cada vez más aguda, aparecen los conceptos de multi, inter y transdisciplinariedad. Frente al esquema parcelario planteado por Descartes, Morin y Nicolescu, se intenta pensar en un paradigma complejo que abandone la pretensión de estudiar la realidad fraccionada y que asume el reto de pensar la realidad como un sistema de conexiones, como un conjunto de niveles interrelacionados, se sabe que un conocimiento que fracciona aquello que está unido, produce inevitablemente un saber mutilado e incompleto.
Un ejemplo claro de la falta de aplicación de la transdisciplinariedad en la educación, es la dificultad en la comunicación de ideas científicas al público en general. Los científicos tropiezan con crecientes dificultades para comunicarse entre sí. Investigadores de distintas áreas de especialización, frecuentemente no son capaces de entender los papers de otros”. Estamos frente a lo que ha venido en llamarse un “big bang disciplinario”. La creciente ruptura en la comunicación es en buena parte producto de la exacerbación del pensamiento racional, manifestado por el claro predominio del reduccionismo de la lógica binaria que, entre otras cosas, separa al observador de lo observado, este es un punto que la didáctica compleja, transdisciplinar e investigativa, afrontaría muy bien como una nueva manera de ver la educación de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños (Puiggrós, 2005)
No se puede pensar la educación del siglo XXI, con sólo tres visiones paradigmáticas: positivista, social y sociocrítica, o la conjetura de que la mejor forma de educar es simplemente practicando o enfatizndo lo social. La educación es más que eso. Creer que los niveles de formación de un sujeto hacen más o menos al otro en los procesos de construcción de conocimiento, especializar éste, sostener que hay una marcada diferencia entre ser docente y estudiante, cuando ambos son lo mismo, es retrógrado. Los prejuicios de la edad media y del mismo renacimiento continúan asechado las mentes del hoy y del mañana, en momentos críticos que demandan que la educación se humanice.
Como tendencia generalizada se puede observar que cada disciplina logra crear un objeto específico de estudio, es decir de trabajo didáctico y un campo cerrado de investigación. En este horizonte, donde la socialización del saber es cada vez más aguda, aparecen los conceptos de multi, inter y transdisciplinariedad. Frente al esquema parcelario planteado por Descartes, Morin y Nicolescu, se intenta pensar en un paradigma complejo que abandone la pretensión de estudiar la realidad fraccionada y que asume el reto de pensar la realidad como un sistema de conexiones, como un conjunto de niveles interrelacionados, se sabe que un conocimiento que fracciona aquello que está unido, produce inevitablemente un saber mutilado e incompleto.
Un ejemplo claro de la falta de aplicación de la transdisciplinariedad en la educación, es la dificultad en la comunicación de ideas científicas al público en general. Los científicos tropiezan con crecientes dificultades para comunicarse entre sí. Investigadores de distintas áreas de especialización, frecuentemente no son capaces de entender los papers de otros”. Estamos frente a lo que ha venido en llamarse un “big bang disciplinario”. La creciente ruptura en la comunicación es en buena parte producto de la exacerbación del pensamiento racional, manifestado por el claro predominio del reduccionismo de la lógica binaria que, entre otras cosas, separa al observador de lo observado, este es un punto que la didáctica compleja, transdisciplinar e investigativa, afrontaría muy bien como una nueva manera de ver la educación de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños (Puiggrós, 2005)
No se puede pensar la educación del siglo XXI, con sólo tres visiones paradigmáticas: positivista, social y sociocrítica, o la conjetura de que la mejor forma de educar es simplemente practicando o enfatizndo lo social. La educación es más que eso. Creer que los niveles de formación de un sujeto hacen más o menos al otro en los procesos de construcción de conocimiento, especializar éste, sostener que hay una marcada diferencia entre ser docente y estudiante, cuando ambos son lo mismo, es retrógrado. Los prejuicios de la edad media y del mismo renacimiento continúan asechado las mentes del hoy y del mañana, en momentos críticos que demandan que la educación se humanice.
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